jueves, 6 de julio de 2017

CARTA ABIERTA AL EX COMPAÑERO MOISES LEONARDO RODRIGUEZ VALDES

La reciente lectura de un artículo en internet, publicitando una entrevista realizada a Usted, me originó algunas interrogantes, que se las comparto. Sostiene el entrevistador que Usted es un “referente a seguir… por su entrega a la causa de nuestros 11 millones de hermanos”. ¿Cuál es la causa asumida por los 11 millones de hermanos?, ¿quiénes son esos 11 millones?, ¿puede demostrar que su “causa” es asumida por los 11 millones citados? Afirma que nunca se identificó “con la figura de Fidel Castro”. ¿Esa animadversión suya era evidente para quienes trababan relación con Usted?, ¿qué explica entonces que haya sido docente en la Academia Naval de las Fuerzas Armadas Revolucionarias?, ¿influyó en sus alumnos sobre las causas de su enemistad con su Comandante en Jefe?; si no lo hizo ¿por qué?, si lo hizo ¿qué resultó? En esta cuestión debe tomarse su tiempo para responderse, porque puede quedar incluido entre quienes califica como “la mayoría que practica… la doble moral para obtener beneficios materiales”. Identifica como factor que dificulta su trabajo la “apatía cívica… que hace difícil la movilización”. Son muchas las muestras de praxis cívica por el pueblo cubano en Revolución, pero recuerdo en particular la aprobación del artículo constitucional que hace irreversible el socialismo en Cuba, respaldado por 8 188 198 cubanos, el 99,25% de los ciudadanos en edad electoral. ¿Fue o no un ejercicio cívico por los gobernados, por el soberano?, ¿qué posición tomó entonces? Refiere que “el futuro de Cuba será mejor o peor en dependencia de lo que los cubanos se propongan que sea su país”. ¿Toma distancia del destino de Cuba, o de su condición de hijo de esta tierra? Ofrece la posibilidad de seguir su trabajo a través del contacto con “los promotores en la Isla y los representantes en el exterior”. ¿Quiénes son, dónde se les puede encontrar?, ¿es una estrategia de protección o ardid para sobredimensionar su base social? Deseo honestamente que halle la capacidad de “cambiar hacia el interior… ser tolerante, respetuoso del derecho del otro, honesto consigo mismo, decidirse a abandonar la vida en la mentira y disponerse a vivir en la verdad”. Sea coherente con su propio mensaje. Le saluda, un cubano de a pie.