martes, 13 de febrero de 2018

Cartel del minuto.

Este es el nombre de una de las secciones habituales del popular programa televisivo dominical A otro con ese cuento, en que se divulgan desaciertos y disparates en propaganda escrita, colocada en lugares públicos. Pues en el último número de la gacetilla El Majadero de Artemisa, encontré esta joyita:
Ya lo afirma el Diccionario, que identifica como sinónimos de majadero a: “mentecato, necio, estúpido, insensato, incapaz, mequetrefe”, entre otros. Cualquier coincidencia es responsabilidad de la Real Academia,aunque refleja la opinión del autor.

Indiferencia o desconfianza?

El pasado día 2 de febrero la web del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa, casualmente con sede en Miami, publicó una nueva y alarmista nota de prensa con el título “Desaparecido el Director Ejecutivo del ICLEP”, tratándose de Raúl Velázquez Valdés, replicada de manera expedita por otros reconocidos “luchadores por la democracia en Cuba”, como El Nuevo Herald, Cubanos por el mundo, Cubanet, Primavera Digital, Martinoticias, Diario de Cuba. En la nota se asegura que la indagación ante las autoridades policiales, por varias fuentes oficiales del entreguismo en nuestro país, no permitió establecer el lugar en que se “presume” estaría detenido el “muy eficiente” Raúl Velázquez Valdés. Desde entonces no se publica nada más sobre el tema. ¿Las causas? Cedo la primicia a Normando Hernández. Apenas seis días después se brinda especial seguimiento a otra supuesta detención, en este caso, a Alberto Corzo Corzo, con título nobiliario de “director administrativo y de monitoreo más evaluación del ICLEP”. Se refiere que fue detenido el 7 de febrero, y es “liberado” el día 8 de febrero, o sea que permaneció "24 horas bajo arresto en el Órgano de Operaciones de la Policía Política de Matanzas”, sin embargo generó 3 notas de prensa. Este caso, que se sabía dónde estaba, incluso qué podría interesar a las autoridades, a partir de lo que reseñaron como imaginarias declaraciones de su esposa, concitó un tratamiento diferenciado. Es realmente ridículo sostener que fue retenido para que lo interrogaran simultáneamente seis oficiales, con el propósito de conocer sobre su amistad con el reciclado Santiago Álvarez Magriñá, y mucho menos con Normando Hernández, a no ser que fue el pretexto para poder lisonjearlo con aquella referencia a que fue calificado como “uno de los enemigos más grandes de la revolución cubana”. En el caso de Raúl Velázquez la sacrosanta Sociedad Interamericana de Prensa emitió un comunicado, con la exigencia imperial a las autoridades legítimas cubanas de obtener “cuanto antes noticias del periodista”;con toda honestidad le recomiendo a los Míster Gustavo Mohme y Roberto Rock, que le pregunten a su socio Normando Hernández, que sabe perfectamente dónde se encuentra Raúl Velázquez, y de paso se interesen por el bajo perfil de la preocupación mostrada por Normando alrededor de la “desaparición” de tan honrado “compañero de lucha”