Un
conocido mercenario escribió una noticia con el título “Desalojan antiguo central
Abraham Lincoln”, que rápidamente fue acogida por varios sitios
contrarrevolucionarios; con las habituales imprecisiones y falsedades, que le
permiten alinearse con las matrices de opinión mejor remuneradas sobre la
realidad cubana actual.
La
instalación de lo que fuera el central azucarero Abraham Lincoln se halla en el
centro del asentamiento rural conocido con igual nombre en Artemisa, y según me
cuentan algunos amigos de allí, y por lo que escuché a los pasajeros que me
acompañaban en el camión de los Barrios, poco después; lo ocurrido realmente
fue que dos funcionarios de la dirección de inspección estatal del Consejo de
la Administración municipal en Artemisa, notificaron a 28 núcleos familiares
sobre la ilegalidad en que incurren al usurpar igual cantidad de locales de
propiedad estatal, fijando un plazo de 72 horas para que abandonaran
voluntariamente la instalación.
De
igual manera, al detectar violaciones adicionales, recogidas en el Decreto Ley
272 del 2001, aplicaron multas por una cuantía que osciló entre los 3 y 10
dólares, según el cambio oficial en la moneda preferida por los renegados para
ilustrar económicamente todo cuanto sucede entre nosotros.
En ningún momento estuvieron presentes "Agentes de la Policía Nacional Revolucionaria", como se refiere, al no resultar necesario. Debe tenerse en cuenta que lo ocurrido era esperado no solo por los implicados, que en varias ocasiones fueron persuadidos por la Presidenta del Consejo Popular, sino además lo era para el resto de los habitantes del batey, quienes aprueban mayoritariamente la medida; mientras cuestionan la morosidad de las autoridades para decidir el uso social que se daría a la instalación y la negligente actitud de los administrativos de la entidad liquidadora que asumió la custodia del inmueble.
La mayoría de los okupas, donde predomina el lumpen entre los cabezas de familia, vendieron sus anteriores propiedades tras usurpar el lugar, hay hasta quien perdió la casa en que vivía al empeñarla en una mesa de juego de azar, o quienes vendieron los materiales recibidos gratuitamente como damnificados de eventos meteorológicos.
El escriba de la noticia utiliza el testimonio de Claribel Iturralde como prueba de legitimidad a sus afirmaciones, a quien endilga el dicho de que "familias necesitadas de vivienda los ocuparon... para vivir ante la falta de soluciones...".
Una de las familias es la formada por su hija Lisbet, quien vendió la casa que habitaba y se instaló en el local litigado. Pareciera que Claribel apoya a su hija en lo que considera un derecho, pero lo curioso es que desaprueba la relación marital de su hija, no habiéndole permitido nunca que convivan con ella. La causa: La benjamina está casada con el c/p Francis el Tuerto, un elemento antisocial con kilométricos antecedentes policiales; quien ha llegado a provocar lesiones leves a Lisbet, ocasiones en que madre e hija han formulado denuncias ante la PNR, para retirarlas poco después, por el miedo de la segunda al esposo, según ha reiterado públicamente Claribel.
En un documento divulgado por la contrarrevolucionaria Agenda para la Transición cubana, en fecha 13.09.2008, se incluye a ambas, y otros 6 familiares suyos, todos con direcciones de residencia diferentes, como "disidentes damnificados" por el azote de los huracanes Fay, Gustav e Ike; para los que se solicita ayuda económica, junto a otros 176 ejemplares de igual calaña. Esto me permite suponer que tenían casas que reparar antes de irse a la propiedad estatal. De igual manera está probado que los cabecillas de aquella criatura recibieron 5000 dollares de manos de Jonathan Farrar, el entonces Jefe de la SINA, según uno de los cables filtrados por Wikileaks, en particular el fechado el 15.09.2008; período en que circulaban por Internet varios recibos de pago por Martha Beatriz Roque provenientes de organizaciones c/r en el exterior. No se si lo recibieron o no, si lo agradecieron o lo olvidaron, pero lo que sí me consta es que la desmemoria de Claribel se hace evidente en el caso del apoyo material que recibió de la "oficialidad" como damnificada; lo que no es de extrañar en quien también olvida agradecer la formación superior que la hizo profesional, y que recibió, como su hija, de la Revolución que denosta.
En el "batey ... abandonado a su suerte", según el comunicador residente en Mariel, viven cerca de 3500 personas, en aproximadamente 815 viviendas, a los que se asegura la prestación de servicios vitales en bodega, panadería, cafetería, farmacia, sala de rehabilitación física, puesto médico, banco popular de ahorro, escuela primaria, escuela secundaria básica y la sede central de la Universidad de Artemisa. Esa mayoría aprueba el llamado al orden, la displina y la exigencia que hizo nuestro Presidente en el parlamento; pero ese titular no es útil a los camajanes asalariados.
