sábado, 27 de enero de 2018

Tronado director de El Majadero de Artemisa.

Los majaderos artemiseños anunciaron recientemente que su flamante director Robertico piel de oso, pasaría a desempeñarse como editor por un periodo de 3 meses, sin explicar las una fuente oficialista del mercenarismo me confirmó lo que se rumoraba por muchos, que “la decisión vino de arriba”, es decir del flamante Primer Secretario del Partido de Cipayos Cubanos en Miami, Mr. Normando Hernández, como represalia a que había facilitado la ocupación de los recursos informáticos por la policía política, al violar su decisión de causas, lo que me resultó sospechoso, pero inmediatamente no tenerlos en su propia vivienda. De pronto, los que aseguran no tener Primer Secretario que decida qué se publica y qué no, colocan como flamante directora de la gacetilla a Misleydis Sierra Hernández, quien no publicaba nada desde junio del 2017, que pasó a ser la primera dama del Cimarrón de Mayabeque, boletín que es dirigido por su tesoro Alberto Castaño Echenique; en la lógica del Bacán esto sería “nepotismo”. Ese movimiento originó otros en el Consejo de dirección, al pasar Mabel Paez a redactora, y liquidan injustamente a Yoandris Aledo, quien se había desempeñado como tal desde el inicio de las publicaciones; claro no le perdonan que les haya reclamado a Robertico y a Don Raúl Velázquez por acaparar dinero de otros, al fabricar nombres de “periodistas ciudadanos” y “cubanos de a pie”. En El Majadero todo anda patas arriba, y en un alarde de excelencia logística y coordinación, colocan los directivos de ambos boletines residiendo juntos en Candelaria, para alcanzar “colaboradores” residentes en muy distantes lugares de las provincias Artemisa y Mayabeque, incluso la sede de El Majadero la trasladan para El Vaquerito Los Pinos, San Cristóbal. Los cubanos en bicitaxi de San Cristóbal siguen escribiendo desde Artemisa, la gente de Artemisa, desde Candelaria, los de Candelaria desde Alquízar, y así hasta el cansancio. Lo ocurrente es la cara que ponen algunos cuando se enteran que son periodistas ciudadanos o cubanos de a pie publicando en el invisible Majadero, y juro que en ninguna de las oportunidades se les ha preguntado tras un party alcohólico con quienes manipulan sus nombres. Esto seguramente impactará en los gastos de gestión para los directivos, y por el empleo de las cuentas .nauta, aunque no se compara con el gasto que generará Raúl Velázquez para viajar hasta Miami a supervisar el trabajo del editor Roberto Moreno.

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