lunes, 11 de septiembre de 2017
La verdad es relativa.
Los majaderos mejor pagados de Artemisa han debutado cuasi guionistas de lo peor de los programas seriados de la TV de Miami, y han mantenido el seguimiento a un tema cual reality show, desde el número 53 de su publicación invisible. La trama la ubican en Artemisa, a partir del mes de julio, y los protagonistas son una humilde familia de esta ciudad, “amenazados” por las “insensibles” autoridades gubernamentales y policiales con el desalojo de la vivienda que ocupan ilegalmente desde el 26 de mayo del actual año. Como han sostenido que su “mayor virtud (es) decir la verdad completa”, quiero aclarar algunas imprecisiones y omisiones en la historia mal contada por estos pretensiosos escribas.
“Yoelsi Olasabal Olivera, … madre de tres hijos… se vio obligada irrumpir de forma ilegal en la vivienda que actualmente ocupa en la calle 48 # 3719, Artemisa… impulsada por su deplorable situación social y el delicado estado de salud de su hijo menor de 6 años”, así comienzan la historia, que titulan “Intento de desalojo a niño con seis operaciones”.
Yoelsi Olasabal reside en Artemisa desde septiembre del 2015, con dirección oficial en Finca La Minerva, Carretera Waterloo, en una vivienda confortable, de la que decidió salir, a pesar de la oposición de la dueña, que sostiene la quiere como a una hija, y era ese precisamente el lugar al que se le regresaría, no se trataba de lanzarla a la calle, como no ha ocurrido nunca en la Cuba en revolución, siempre se ha regresado al lugar de origen, a quien usurpa una vivienda ajena,como es el caso, a la que ingresó fracturando varias tablillas de una persiana lateral, y pese a la oposición de los vecinos.
Ella llegó a Artemisa, procedente del municipio Yara, en la provincia Granma, y allá resultó advertida en el 2013 por las autoridades, cuando ocupó ilegalmente un local de trabajo del Registro de Consumidores de aquel municipio, del que fue regresada a su vivienda.
Resulta sospechoso que los majaderos no hayan querido mencionar al hijo mayor de Yoelsi, Dayán Combana Olasabal, de 18 años, quien estudia una carrera universitaria en la Facultad de Ciencias Médicas de Artemisa, y milita en las filas de la UJC.
Señalan el 14 de Junio como fecha “del intento de desalojo, engaños, amenazas y tortura psicológica a que fueron sometidos las víctimas”, destacando la presencia de un grupo de funcionarios, menos la de una pediatra y la tripulación de una ambulancia, igualmente convocados. Resaltan “el fuerte trauma que atravesó la madre, a quien llegaron a decirle que le quitarían sus hijos e iría presa si no salía del inmueble”, sin que aporten la causa de que esto no se ejecutara por las autoridades. Quizás la razón se encuentra en que Yoelsi Olasabal se comprometió a abandonar voluntariamente, el 30.06, la vivienda ocupada ilegalmente, y trasladarse a casa de alguna amistad, hasta que se le micro localizara un terreno y se le entregara un subsidio para la construcción de su casa, ascendente a 85 mil CUP.
El incumplimiento de su compromiso motivó nuevamente la visita de las autoridades. Si fuera cierto que Yoelsi pidió a la funcionaria que la “alojara en su casa”, es de esperar que hiciera igual petición al mediocre Raúl Velázquez, pero omiten su respuesta a esta petición, aunque conozco que dispone de una habitación confortable en su vivienda, que no es ocupada por ninguno de sus convivientes; tampoco cuentan si, en gesto desinteresado, se brindó él, o su fiel seguidor, Roberto Moreno, a sufragarle al menos la medicina que consume el hijo enfermo de Yoelsi, que son 20 CUC, muy por debajo de los 720 CUC que enmarañan mensualmente a sus falderos.
Es una sandez poner en boca de Yoelsi la pregunta ¿es acaso esta la revolución tan humana de la que tanto hablan a diario por los distintos medios de comunicación?, pues ella reconoce las atenciones que ha recibido siempre de su Revolución, en que destacan las seis operaciones a que ha sido sometido su hijo, la asignación de un maestro para que lo asista en la casa donde residía, la formación de sus dos hijos mayores, y la confianza en que siempre se respetará su dignidad humana.
A los majaderos de Artemisa, un consejo: sean más humildes en su narcisismo mediático, solo hay una verdad absoluta, que la verdad es relativa.
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