lunes, 27 de noviembre de 2017
“Zigzagueo oportunista”.
La artificiosa gacetilla “El Majadero de Artemisa” turba nuevamente a sus lectores digitales, ahora con una torcida historia bajo el estruendoso título “El hombre del saco” ¿Mito o realidad?, que confronta todo lo desgranado por su embriagado staff durante las publicaciones del actual año.
En 13 de los 21 números, que han colgado este año en la red de redes, han realizado 25 denuncias públicas sobre delitos, ilegalidades e indisciplinas sociales observadas en Candelaria, San Cristóbal y Artemisa, que en honor a la verdad les permiten ser nominados como colaboradores destacados en el enfrentamiento comunitario a esas manifestaciones delictivas y antisociales.
Directivos, funcionarios, y trabajadores de tiendas recaudadoras de divisas, taller de servicio, panaderías, transporte público, acueducto, centros gastronómicos, óptica, comunales, hotel Campoamor, Rastro de materiales de la construcción, revendedores, piperos, y otros, fueron los centros de las imputaciones. Los calificativos variaban, desde hacerlos responsables de “afectar el bolsillo de los trabajadores”, “faltar el respeto al pueblo”, “causar grandes disgustos a los ciudadanos”, “extorsionar al pueblo”, hasta “son una mafia”.
En todos los reportes cuestionaban que “no pasa nada”, “¿quién ve esto?”, “las autoridades no actúan”, “la policía nunca aparece”, “las autoridades no toman cartas en el asunto”.
De momento aparece un desconocido Wilson Castañeda con una hipócrita “historia de terror” en que ataca la actuación policial, aunque percibo sospechosamente que tiene el mismo estilo histérico de escribir que uno de los habituales necios que viven de la gacetilla, pero eso se lo dejo a Normando Hernández, el jefe de jefes, a quien le están dando gato por liebre.
Según la lógica que han mostrado debían reaccionar con la vanidad de otros artículos en que alardean con haber presionado a las autoridades para atender sus denuncias;pues coinciden en no pocos casos sus delaciones públicas con los lugares y sobre quienes actuó la policía.
Pero quizás se deba a que algunos de sus directivos andan temerosos de que los metan en el saco, por esquilmar el bolsillo de los cubanos de a pie con la venta de medicamentos, o que lo del decomiso de puercos les complejiza el proceso productivo de embutidos y ahumados sin aportar al fisco.
Al supuesto Wilson Castañeda un consejo: socio, cuídate de piel de oso que es muy inestable emocionalmente, e inconforme, fíjate que quiere dos policías, una que imponga el orden y otra que le dé un chance.
Por mi parte sigo junto a quienes tienen valor, antes que los que tienen precio.
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