domingo, 23 de febrero de 2014

“Al pan, pan, y al vino, vino”.

A la hora de vender historias los contrarrevolucionarios hechan mano a cualquier recurso.

La oda al “pan de la bodega”, publicada a la Engañadora del Ariguanabo, Bárbara Fernandez Barreda, por la reina del aguacate habanero, Marta Beatriz Roque Cabello, no se acerca, por su mediocridad, al célebre monólogo del humorista Luis Silva o los análisis publicados en nuestros principales medios de comunicación.

A pesar de lo reiterado del tema nuestra paisana perdió una excelente oportunidad de resultar original, a partir de su propia experiencia de vida.

Lleva años con el cuento de haber sido “privada arbitrariamente del servicio de agua en su domicilio”, por lo que camina diariamente varios kilómetros para obtener el preciado líquido; ¿imagina usted la excelente experiencia que podría compartir al ilustrar cómo logra bajar el pan que todos los días sale a “luchar” en su bodega?

Igualmente podría llegar a resultar un libreto de éxito en Globovisión la narración del reencuentro suyo con ese pan, después de concluir su mediática “huelga de hambre” de finales del 2012. La intensidad de ese momento bien valdría un premio para quien se muestra empecinadamente masoquista, sino pregúntele a su bodeguero que describa su cara cada mañana cuando recibe esa “cosa”, con aires de "Te odio, pero te quiero".

Al pan, pan, y al vino, vino. Esta además de engañadora, es masoquista extremis.

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