En la entrada a Artemisa desde
Guanajay, por la carretera central, se erige un conjunto escultórico en
homenaje a los mártires artemiseños que participaron en el asalto al Cuartel
Moncada.
Está formado por elementos
salientes del suelo, significando que nuestros mártires brotaron de la tierra
artemiseña, y los cubos, en
representación del símbolo de la provincia, extraído del Conjunto del Mausoleo
a los Mártires de Artemisa.
Comienza con un gran cubo en que
sobresale la imagen de Martí como autor intelectual del Moncada, en una de sus
caras y en la otra, la frase de Fidel: “… parecía
que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario….”. Se suceden los
demás cubos con la imagen de los asaltantes por una cara y por la otra su
nombre. Cada elemento es de color blanco significando la pureza de los ideales
de estos jóvenes y atraviesan los pedestales donde se levantan los cubos, dos
franjas roja y negra, que simbolizan el Movimiento 26 de julio.
Una de sus características es la
distribución y ubicación de los cubos, unos más cercanos al suelo y otros más
alejados, explicándonos uno de sus diseñadores que no obedece a ningún concepto
político o histórico, sino que se proyectó
para lograr un movimiento en el conjunto y evitar la monotonía de los
elementos, al ser apreciados desde una vía de acceso, fundamentalmente desde un
vehículo en marcha.
Un grupo de
escultores de Bejucal, municipio de la hermana provincia de Mayabeque, con
experiencia en la elaboración de rostros en ferrocemento, asumieron la elaboración de la obra
escultórica, la que se realizó en el Combinado de Baldosas de Artemisa. Los
creadores, durante la ejecución de las imágenes de los asaltantes, fueron
visitados por los familiares de los mártires, quienes dieron su consentimiento
a las imágenes que estaban en ejecución.
De esta
manera nació un conjunto, que a través del
diseño monumental y ambiental, se propone convertirse en un sitio de alto valor
estético y de identidad cultural local.
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