viernes, 6 de diciembre de 2013

Humilde solvencia económica de periodista da para más.



 


Con el humilde salario de una periodista cubana puede pagarse un cake como el de esa foto, pero además pagar el consumo eléctrico mensual, la factura telefónica, los alimentos normados, la suscripción mensual a la prensa nacional y provincial, el transporte urbano, público o privado, desde y hacia el trabajo; pagarse el almuerzo y merienda diarios. Pero como no vive sola, como es el caso, el presupuesto de la familia alcanza para adquirir otros alimentos que garanticen una dieta balanceada, adquirir productos de aseo personal, y otros. No paga casa porque concluyó su pago, a un monto de $ 23.00 pesos (cuasi un Usd) mensuales hace más de 10 años; y no tiene que preocuparse por atención de salud y educación, porque son servicios gratuitos.

Los hijos y los nietos son lo más preciado para todo cubano, al menos los de aquí, y sus cumples son el centro de atención de toda la familia, a lo que todos tributan con gusto, como ocurre igualmente en las cenas de noche buena y fin de año, oportunidades en que se reúne el familión y las amistades más allegadas. 

Lo que es difícil aceptarle a Aleida es que no me haya invitado al cumple de su linda nieta.

El humilde salario de marras le permite incluso, de recibir la dirección postal de la debutante auditorita económica de Frente Común,  y del resto de los integrantes del staff de ese sitio anticubano, adquirir estampillas para poder enviarles a sus lugares de residencia postales por Merry Christmas y Happy New  Year; con el texto conciliatorio “Voy a pedir pa’ ti (por si acaso) lo mismo que tú pa’ mi”.


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