El liderzuelo de UNPACU colocó el pasado día 21 de
enero, en el sitio de su organización, http://www.unpacu.org,
un artículo titulado ““Embargo sí, embargo no”, algunos
puntos que no debemos olvidar”, en el
que trata de impostar sus opiniones sobre el proceso de acercamiento entre Cuba
y los Estados Unidos.
Luego de
una introducción en la que sobredimensiona su ego con frecuentes apreciaciones
tales como “Yo escuché”, “Yo he tenido tres entrevistas con medios
extranjeros”, “Yo he atendido”, etc., etc., José Daniel Ferrer intenta colocar
10 apreciaciones o matrices de opinión, con un último párrafo introductor: “Hoy, poco antes de la medianoche, poco
antes de mañana 21 de enero, quiero expresar algunos puntos, que no deben ser
olvidados, sobre el tema de las relaciones EEUU-Cuba.”
Luego
lanza sus 10 devaneos que son fruto de una descontextualización de la realidad
y que quedan, simplemente, como un resultado de un vano intento de teorizar y
especular desde el aislamiento político que padecen, tanto él, como la reducida
y poco influyente contrarrevolución interna dentro de Cuba.
- De la inteligencia, los esfuerzos, el amor y el valor de los demócratas cubanos y el pueblo en general, - dice JDF-, dependen, sobre todo, la democratización y el progreso de nuestra patria.
Parece que
el jefecillo de UNPACU olvida e ignora que los llamados demócratas cubanos
–tanto dentro como en el exterior-, son grupúsculos cuya ideología no coincide
con la del pueblo mayoritario y, por tanto, sus percepciones sobre democracia
son diferentes y encontradas. El apego de los supuestos demócratas portadores
de las ideas del capitalismo nada tiene que ver con el concepto inclusivo y
realmente participativo que defendemos nosotros. Tampoco nuestro pueblo hará o
apoyará cualquier intento foráneo por cambiarle su forma de vivir y decidir sus
destinos.
- La solidaridad de EEUU, la Unión Europea y del mundo libre en general, es muy importante, pero nuestra labor es lo fundamental. Atribuir a factores externos más importancia de la debida, o esperar que otros vengan a resolver nuestros problemas, resulta implícita confesión de que no nos consideramos capaces de conseguir lo que a nosotros corresponde.
Cuba ha sido
el centro de la más contumaz guerra ideológica, presiones, agresiones e intento
de aislamiento por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y otros sujetos
del “mundo libre”, manera en que ha mostrado la supuesta solidaridad con los
grupúsculos como UNPACU, usados como punta de lanza interna para subvertir
nuestro orden institucional. Esos factores externos han fallado durante décadas
en el vano intento por destruir a la Revolución y tampoco podrá lograrlo una
contrarrevolución mercenarizada, debilitada internamente por sus propias
contradicciones y por el oportunismo. Por tanto, el concebirla como sujeto de
cambio es una quimera absurda.
- Con medidas restrictivas de una sola nación, por poderosa que sea, no se obliga a una dictadura contumaz a cambiar. Al régimen tiránico de los Castro EEUU le puede poner fin militarmente, pero ningún cubano cuerdo, ni norteamericano prudente apoyaría esta fórmula. También la dictadura colapsaría con un fuerte embargo de todo occidente, pero ni es posible que otros en el hemisferio decidan tal receta, ni sabemos hasta donde la terquedad de los Castro llevaría el sufrimiento de la población inocente. Por tanto, a la política de Obama le corresponde el turno. Si dará, o no, resultados, dependerá de todos los factores involucrados. El tiempo dirá la última palabra.
Aunque
sugiere, pero no descarta tácitamente en este punto la posibilidad de una
agresión en gran escala contra Cuba o un bloqueo total de sus enemigos, JDF
apuesta por la política de Obama con respecto a Cuba, en una postura que
contradice a otros contrarrevolucionarios como Berta Soler. Se apega a la
zanahoria en ves del garrote. Llama a la inclusión de todos los factores
involucrados en ese empeño, tal vez con la terca idea de que la
contrarrevolución sea incluida en el diálogo, sin ser merecedora de ello por su
falta de representatividad dentro de la sociedad cubana. Lo más válido en él es
reconocer que las medidas restrictivas contra nuestro pueblo han hecho daño, es
cierto, pero no nos vencieron.
- Si dices defender al pueblo, antes de tomar posición sobre algo escucha al pueblo, averigua cuál es el sentir mayoritario, cuales son los problemas, sufrimientos que padece el pueblo y cuales las soluciones que espera. Con planteamientos impopulares no atraes a quienes necesitas para fortalecer la lucha por el bien de todos.
¿Hipocresía?
¿Manipulación? ¿Desvergüenza? Todo es posible en un contrarrevolucionario como
él. ¿Cómo se dice defensor del pueblo cuando todo el proyecto que sustenta va
encaminado hacia la esclavización del mismo bajo el manto de un capitalismo
despiadado y exclusivo? Si él hubiera realmente averiguado el sentir del pueblo
cubano, se hubiera alejado de aquellos que bajo el manto de la bandera de las
barras y las estrellas han querido robarle su soberanía y su derecho a decidir
su futuro. Más que en foros provocativos, estaría humildemente trabajando en
una fábrica, arando la tierra deseosa del sudor humano para reciprocarle con
sus frutos o enseñando en una escuela.
Nadie le
quitó a él el derecho de participar en las soluciones necesarias para proveer
de bienestar a nuestro pueblo, pero no se le ha aceptado que lo haga desde
posiciones subversivas y contestatarias, siempre sirviendo a espurios intereses
que nada tienen que ver con los cubanos sino con aquellos que añoran retrotraer
la historia hacia el pasado oscuro e ignominioso, en que fuimos una colonia más
de Estados Unidos.
- En la UNPACU creemos que las opiniones sobre las relaciones entre los gobiernos de EEUU y Cuba no deben afectar las buenas relaciones y necesaria coordinación del accionar de los grupos opositores que luchamos por una Cuba libre. Para marchar juntos, exigiendo respeto a los derechos humanos y elecciones libres, no importa cuál es la opinión que se tiene sobre este tema o sobre el cambio climático.
Su canto a
la unidad de los grupos contrarrevolucionarios es, de por sí, el reconocimiento
de que la misma es incapaz de ejercer un liderazgo como sujetos de cambio. Este
problema se agranda aún más en este nuevo escenario, en la medida en que la
contrarrevolución interna navega en dos aguas: los que se afilian aún a la
ultraderecha recalcitrante y los que apuestan por una distensión refinada, cuyo
propósito en buscar nuevas formas de subversión más que colaboración
transparente entre las dos naciones.
Cada grupo
contrarrevolucionario responde a las ambiciones personales de sus liderzuelos,
a su búsqueda de dinero sucio y al protagonismo individual. De esta forma nunca
habrá consenso unitario en ellos. Los corderos no se unen cuando hay un amo que
les mueve hacia donde le interesas que estén.
- En la UNPACU estamos dispuestos a defender, junto a toda la sociedad civil independiente, puntos de consenso que puedan mover a la población a sumarse al reclamo y que al mundo libre dejen claro que hay unidad entre quienes luchamos por la libertad.
Resulta
contradictorio que JDF se lanza hoy como defensor de consensos, cuando es
públicamente conocido su caudillismo de baja estofa y cómo trata de desarrollar
una labor de zapa dentro de otros grupos para debilitarlos, robarles seguidores
y erigirse como la organización merecedora de las ayudas foráneas de la USAID.
Su llamado a la unidad presupone la sumisión a su mandato de las otras
organizaciones contrarrevolucionarias, cosa que resulta imposible cuando
pululan otros intereses y ambiciones, cotos de protagonismo y ansias de dinero,
en la reducida e ineficaz contrarrevolución interna.
- Evalúa, escucha, investiga, ¨procura comprender y después ser comprendido¨. Averigua que piensan los cubanos, los norteamericanos y el mundo sobre el tema.
Realizar
un adecuado estudio del contexto actual no es solo un reto para UNPACU, sino
para todos. Ello requiere, empero, objetividad y pleno conocimiento de los
intereses públicos y ocultos de cada parte en el diálogo; entender la necesidad
de la transparencia en las pláticas gubernamentales y el respeto a cada cual,
de sus derechos soberanos más allá de las diferencias político-ideológicas, así
como entender que siempre habrán, aunque sean pocos, puntos de coincidencia
posible. También hay que tener en cuenta en este escenario a aquellos intereses
que tratan de vulnerar cualquier acercamiento y optan por otras fórmulas para
solucionar el diferendo entre ambas naciones.
La
presencia de UNPACU en reuniones con la parte norteamericana por estos días,
más que interés por conocer sus propósitos ha sido para ejercer presiones para
que la misma esté viciada por las ideas de una falsa sociedad civil, reducida a
los criterios de una contrarrevolución que no sobrepasa las dos mil personas,
parte insignificante de la sociedad actual cubana. ¿Por qué UNPACU, que se
precia de defender a la unidad de los cubanos, no sugirió a los representantes norteamericanos
o a la señora Jacobson que escuchara el sentir de las verdaderas organizaciones
y representantes de la actual sociedad civil cubana?
- Embargo sí, embargo no, esa no es la cuestión. La cuestión principal radica en que hay que mover al pueblo a conquistar sus derechos, ganar la confianza y obtener el apoyo de fuerzas en el mundo libre que opinen solidariamente, pero que sobre todo apoyen de manera real.
El
desconocimiento sobre la necesidad de levantar el criminal bloqueo contra Cuba
sí es una de las cuestiones fundamentales para dilucidar las actuales
diferencias entre ambos gobiernos. Ignorarlo resulta un error de análisis si se
pretende evaluar el contexto actual.
Su
colocación como cuestión principal en este escenario a la búsqueda de apoyo por
parte del “mundo libre” para derrocar a la Revolución demuestra, mejor que
nunca, su entreguismo y su falta de compromiso con una solución real en este
proceso de acercamiento. Más que diálogo, JDF busca más subversión, más dinero
para desestabilizar el orden institucional cubano.
- Actualmente los demócratas cubanos no estamos en condiciones o no somos capaces de llevar información y mensajes impresos y audiovisuales, por todo el territorio nacional, a la mayoría del pueblo cubano. No somos capaces de contrarrestar la infame propaganda castrista.
El
reconocimiento de la contrarrevolución como peones de la guerra ideológica
foránea dentro de Cuba, sus fallas no solo por falta de cuantiosos recursos
sino también porque gran parte del dinero para ese empeño es robado por sus
líderes, queda evidenciado en este punto. JDF no busca unidad nacional. Busca
llevar el discurso ideológico anti gubernamental y realizar labor de zapa
dentro de nuestros conciudadanos.
Nuestro
gobierno y nuestro pueblo tienen el legítimo derecho de hacer respetar su
constitución y, por ende, repudian y no permitirán la labor desestabilizadora
de falsos demócratas o de una sociedad civil “independiente” – nombres con los
que se pretenden identificar los grupos de mercenarios que viven de las tetas
de la USAID y de otros enemigos de Cuba.
- Si parte del tiempo, energías y recursos que se emplean en polémicas como la de: “embargo sí”, “embargo no”, se utilizasen en informar y animar al pueblo cubano para que se sume a la lucha por su libertad, la LIBERTAD fuese realidad o estuviese muy cerca. Estoy convencido, y luchamos con todas nuestras energías porque eso cambie, que los principales responsables de que la dictadura continúe en el poder somos los cubanos, de dentro y de la diáspora, por nuestra incapacidad, ceguera y egoísmo.
Su
convocatoria final, para mí llena de barato triunfalismo, en la que se trata de
alejar de la atención de todos los aspectos medulares que, como el bloqueo,
marcan las diferencias entre Cuba y Estados Unidos, a favor de un llamado al
derrocamiento de nuestro gobierno, es otro de sus principales errores de
principio.
Tal vez la
única verdad dicha por él en este panfleto es que tanto la contrarrevolución
externa, como la interna, han sido incapaces, ciegos y egoístas, en el intento
de vencer a nuestro pueblo. Más “solidaridad” –entiéndase dinero y apoyo
logístico, así como ponderarlos en foros internacional para satanizar a Cuba-,
es lo que realmente pide.
Sus consignas
finales “Hagámoslo bien y otros serán los resultados.”; “Pensemos más en Cuba
que en nosotros mismos.” y “En UNPACU creemos que: CUBA DEBE ESTAR PRIMERO.”,
son la mejor manera de expresar una visión egoísta, ajena a la realidad y
desconocedora de que, realmente, para UNPACU, Cuba nunca será lo primero.
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