La lectura
del boletincillo contrarrevolucionario de
#Artemisa permite ilustrar el insuperable impacto social de sus
ediciones, toda vez que al suponer la necesidad de calzar algún tema con algo
de credibilidad, acuden como testificantes a los propios asalariados que
ofenden regularmente nuestro idioma oficial con sus bien remuneradas
colaboraciones. He aquí algunas muestras:
Uno de los
videos que contenía la memoria flash hurtada por Yunieth Blanco, con la
intención de enviar al capataz Normando Hernández en Florida, EE.UU.; contenía
halagos al boletín por alguien presentada como lectora habitual de la
publicación, aunque se tratara realmente de otra asalariada.
No me queda
claro el destinatario de la engañifa, si el jefazo o los lectores, aunque
conozco que insensato y estúpido son sinónimos de majadero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario