Piezas escultóricas de Jilma Madera,
nunca antes exhibidas, atesora el Museo municipal de San Cristóbal,
tierra natal de la creadora del Cristo de La Habana, uno de los símbolos
de la capital cubana.
El relieve en piedra de un perfil de
mujer, su primera obra cuando estudiaba en la Academia San Alejandro,
figura entre las singularidades de la sala permanente en su honor, una
de las principales del recinto patrimonial, informaron los
especialistas.
También consta de documentación,
iconografía, labores en yeso, terracota y bronce, objetos personales y
un bloque de mármol de Carrara, además de otros fondos donados por
familiares de la artista, nacida en la finca La Victoria, en esta
demarcación, el 18 de septiembre de 1915.
La realización del busto de José Martí,
ubicado en el Pico Turquino, mayor elevación montañosa de Cuba, con 1974
metros de altura, destaca dentro del cúmulo de esculturas de la
creadora, de extraordinario apego a su pueblo natal, sentimiento que
motivó el donativo hecho por su familia.
Jilma Madera Valiente vivió hasta la
adolescencia en San Cristóbal, luego se radicó en la ciudad de La Habana
hasta su fallecimiento el 21 de febrero de 2000, tras una larga vida
signada por la tenacidad en el estudio de las artes de su país, así como
de México, Estados Unidos y Europa, lugares que visitó reiteradamente.
Aunque su sistemática labor se
interrumpió en 1962 a causa de padecer glaucoma, su sello perdura en el
panorama histórico-cultural cubano, y está representado en el Museo
Nacional de Bellas Artes.
Tomado de: http://artemisadiario.cu/noticias/tutelan-obras-notable-escultora-cubana
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